Sunday, March 09, 2008

En el límite de la impaciencia

A la mitad de un sentimiento que pernocta sin caricias. Ahí me encuentro, fundiéndome entre el deseo y el desamor. Fue un desencanto tu rostro, pero nada como el sabor amargo de tus besos. Tus besos que convertían lo nuestro en un delirio, en una droga.

A la mitad de un sentimiento que no tiene un nombre me hipnotizas, y ahí justo en el límite de la impaciencia lo veo con tus ojos; a través de tus ojos. Me hiere y me corroe. Me partes el alma y el deseo. Me marcas tu sello en carne viva.

A la mitad de un sinsabor que desorienta. Me obligas a perderme entre el recuerdo y el ahora. Sueño y te sueño sin nombre pero tiene tu rostro, tiene tu olor. Te respiro y me quemas como si inhalara sulfato de amonio. Hueles a eso, a lo que dicen que huele el mismísimo demonio.

A la mitad de tu conjuro me robas el alma. Hecha jirones y así la respiras, la tragas. Me robaste el alma y los sueños, y con los sueños la vida. Ahí, a la mitad de tu deseo te pervierte la sosobra. Me deseabas y no me tuviste. Así como yo hoy te encuentras en el límite de la impaciencia.

Sunday, November 18, 2007

Un día

Hoy he decidido dejar que las cosas fluyan
No porque quiera echarte algo en cara
Sino porque tengo las emociones perfectas
Que encajan en nuestra historia sin más

No quisiera revelarte que te quiero,
That, you already know…
Pero no estoy segura de lo que siento
De lo que me haces sentir

Por las mañanas despierto con anhelo
Con la ilusión de sentir tu aliento sobre mi cuello
De imaginar tu abrazo cálido y tierno
Despierto con ganas de decir te quiero…

Por la tarde me mantengo al margen
Ya te he visto trabajando con esmero
Y es como una brisa invisible que me frena
Me ahoga en el arrebato de decir te extraño…

Por las noches es distinto, es recuerdo
Ya no vivo con las ganas, sino con fe
Para que mañana despiertes a mi lado
Y ahí, en los azules del alba decir Te amo.

Thursday, April 05, 2007


And I wish…

I wish I could say I love you,
but every time that I close my eyes and I try to imagine your eyes staring at me,
I freak out, I run away,
those three words just freeze right at the opening sound of my throat.

I wish that I could fly
but I just keep falling into an empty space where I know my words won’t be heard.
I freak out, I run away,
and that thing that I would say to you, vanishes into the air.

I wish that I could sing to you one song,
A song which tells you a secret, the perfect secret that no one knows.
and I freak out, I run away.
I wish these words were not meaningless so I could fix this emptiness beneath them.

I wish that you were not the one who will listen to these words,
and I wish that you couldn’t hear what I have to say,
but then I realize, there’s no one else in here,
so the owner of my words is you, it has always been you….

Thursday, March 29, 2007

Sin tu luna

Me he tropezado nuevamente con tu luna
Mordí el anzuelo de ternura y seducción
Te apoderaste sutilmente de mis sueños
Te entrego el cuerpo, el alma viva y mi ilusión

tus besos dieron alas nuevas a mi vida
Borraste mis sentidos, ya no existo más sin tí
Y entonces derrumbaste el sentido de mi existencia
Cuando en mis sueños te has marchado sin pensar en mí

E imagino tu aroma y me siento ya en tus manos
Y Que me callo los oídos… para no pensar
Y que me encuentro sola y triste como un ave en la tormenta
Que lo he intentado todo y sólo logra fracasar

Quisiera perderme entre tus besos
Acariciar tus pensamientos
Navegar por tus senderos
Y embriagarme de tu olor

Quisiera llenar el hueco ausente
De este eterno encierro negro
Que me inspira hacia la muerte
Sin tu luna y sin tu amor..

¿Cómo dejas a la gente en el olvido?
¿Cómo obligas a tu mente a no pensar?
Y es que no quiero escucharte en el silencio
Y me niego a enterrarte en el jamás

E imagino tu aroma y me siento ya en tus manos
Y Que me callo los oídos… para no pensar
Y que me encuentro sola y triste como un ave en la tormenta
Que lo he intentado todo y sólo logra fracasar

Quisiera perderme entre tus besos
Acariciar tus pensamientos
Navegar por tus senderos
Y embriagarme de tu olor

Quisiera llenar el hueco ausente
De este eterno encierro negro
Que me inspira hacia la muerte
Sin tu luna y sin tu amor..

Porque sé que sí eres tú…
Más no soy yo….

Sunday, March 18, 2007

Y te veo sonriente, como siempre

Te miraba a través de un cristal, helado como tu rostro
Y pensaba e imaginaba tus ojos llenos de brillo
Estabas dormido, como un pequeño niño
que se ha quedado dormido en los brazos de su madre

Te tenía cerca, pero el suave sonido de tu respiración se había ido
Tus ojos estaban cristalizados.. ya no brillaban
Tus manos rígidas y tu tono rosado cada vez se parecía más al púrpura
Intenté hablarte y que me escucharas y el sombrío silencio invadía todo el lugar

Platiqué contigo toda la noche, te abracé como nunca en mis pensamientos
Toqué tus manos heladas como el hielo e intenté calentarlas
Acaricié tus mejillas en forma de un suave arrullo y te repetí lo que sentía
Estabas dormido, sólo dormido.

Imagino la oscuridad de tu descanso y siento miedo
Miedo de toparme con tu vacío
Miedo de buscarte y no encontrarte
Miedo de que el tiempo te borre de mi mente

Te veo dormido, con tu rostro lleno de paz
Te veo feliz y descansando del dolor
Te veo sonriente, como siempre
Porque te veré siempre con el corazón…

Rocio del Mar [06-01-07]

Saturday, March 17, 2007

Te confieso

Quisiera que no tuvieras miedo, que no te apartaras cada vez que me acerco.
Ojalá y tus confusiones no fueran tan drásticas al grado de aejare.
Quisiera que me dieras alguna señal para saber que lo que siento no está cayendo al vacío.

Quisiera escuchar tu voz discreta confesando que soy yo la causa de tus confusiones,
que soy yo quien te invade el pesamiento cada vez que tu mente vuela.
Quisera que soñaras con ese abrazo como yo lo hago, deseándolo, imaginándolo y sintiéndolo sobre tu piel.

Me da miedo reconocer lo que siento dentro, me da miedo y me invade dentro, pues me da miedo caminar sobre un desierto que no muestra indicios de vida.
Quisiera que llegaras y me confesaras con un beso que me quieres. Que tú también cierras los ojos por las noches soñando con nosotros.

Deseo tanto sentir tus labios dulces sobre los míos, abrir los ojos sabiendo que eres tú.
Mirarte fíjamente para hablarte con silencio y que ese mismo silencio te susurre en el oído que te quiero, que eres tú.

Espero que en este sueño tan real, no esté yo sola, y que juntos imaginemos ese abrazo, ese beso y ese algo que desde hace tiemo ha nacido y está ahí.
No me huyas ni me alejes, esta vez somos los dos.

Friday, February 16, 2007

El evento

La noche era fría y sombría, todo lo que merodeaba los alrededores era simple solemnidad y abandono. El viento helado, que había dejado la tormenta, cortaba las mejillas con un tenue cosquilleo. Él, aún seguía parado frente a la acera, y, aunque el frío se hacía cada vez más contundente, no podía perder de vista aquella imagen. Se mantuvo inmóvil aguardando el momento justo, mientras sentía oleadas de temblores a causa del frío. Su gabardina ya se había convertido en una tela húmeda debido a la brisa fresca que respiraba la noche y esto hacía más impasible el viento que corría por la calle en aquel instante. Lentamente se llevó la mano izquierda hacia el bolsillo de la gabardina como buscando algo, sacó su cajetilla de cigarros, misma que arrugó y tiró al piso después de sacar el último cigarrillo y llevárselo a la boca.
Volvió a meter su mano izquierda en la bolsa, mientras tallaba la otra contra su pierna derecha, tal vez para disminuir aquel dolor que se hacía más fuerte a cada instante. Intentó encender su cigarrillo, pero el viento y la humedad impidieron que éste lo hiciera rápidamente. Luego del tercer intento lo logró, levantó la mirada nuevamente hasta que se topó justo con lo que había estado esperando durante varios minutos. Inmediatamente, lanzó el cigarrillo hacia el asfalto húmedo, por lo que se apagó al instante. Pasó sus dedos por esa superficie metálica, helada y húmeda. Se imaginó así mismo sosteniendo ese objeto y por poco pierde de vista su objetivo.
La vio salir de la puerta de su departamento y abordar su automóvil en el asiento trasero, se veía hermosa en un vestido rojo, con un escote en la espalda que casi le llegaba a la cadera. Traía el cabello recogido en un peinado un tanto despreocupado pero que le daba un tono de elegancia a su apariencia. Entró en el carro e inmediatamente emprendió la marcha de forma apresurada, parecía tener prisa por algo. Él volvió a pasar sus dedos por el objeto metálico que tenía en sus manos, se cuestionó acerca de lo que estaba a punto de hacer, pero no vaciló en su respuesta. Pocos segundos antes de que ella girara en la esquina dentro de su coche, se dio a la tarea de seguirla. Sabía hacia donde se dirigía, se encontraría con alguien a unas pocas cuadras de allí. En ese preciso momento, sintió una opresión en el pecho, un escalofrío le recorrió toda la espina dorsal y le dejó petrificado durante unos segundos.
Borró de inmediato la imagen que se había creado en su imaginación e intentó concentrarse en el automóvil que seguía a unos cuantos metros. La vio bajar, tranquila, como hacía mucho tiempo no se le había visto. Se cuestionó por última vez acerca de lo que estaba a punto de hacer y, casi automáticamente, tomó el objeto de metal que tenía en sus manos, dejó su automóvil estacionado frente al hotel y se dirigió hacia la entrada. La gabardina seguía un poco húmeda pero los nervios habían terminado con el helado sinsabor que le llegaba a la boca. Tomó un respiro y la siguió unos pasos detrás. No quiso tomar el elevador, por lo que subió rápidamente por las escaleras hasta el segundo piso, donde se había detenido el ascensor. Ella bajó del elevador y dio unos cuantos pasos por el pasillo hasta que llegó a la habitación número 224. Él la observó desde las escaleras intentando pasar desapercibido.
Justo en el momento en el que la puerta de la habitación se abrió, ella se abalanzó sobre alguien más y fue en ese instante cuando el calor de la escena le impulsaron a él a tomar el objeto gris, metálico y helado entre sus manos; y correr hasta la habitación de la forma más rápida posible. Subió el objeto hasta la altura de sus ojos y lo sostuvo con mucha fuerza. Apuntó directo a los rostros de ambas siluetas quienes no notaron lo que ocurría por que se encontraban completamente abstraídos en un beso.
Era el momento, estaba a punto de suceder una catástrofe, al menos para la pareja quien no se esperaba semejante situación. Al instante, la pareja sólo pudo ver una luz cegadora frente a ellos, el daño estaba hecho.
A la mañana siguiente, el encabezado en primera página “Senador Juan Andrés Ruiz, en amoríos con una joven abogada”, y la foto que aparecía era precisamente la misma de la noche anterior, el senador, besando apasionadamente a una joven hermosa en un vestido rojo con el escote en la espalda casi hasta la cadera. Para la pareja fue simplemente un infortunio, pero para él, el joven en la gabardina, significó el inicio de su carrera como periodista.