Wednesday, September 20, 2006

Cuando llorar no es suficiente

Cuando el vacío del ser se vuelve crónico y no permite desahogar los latidos del alma
Cuando la noche embriaga los sentidos y los envuelve en un licor amargo de confusión
Cuando el tenue brillo de la luna se confunde con las lágrimas de los ojos
Así es cuando ya no basta, cuando la razón me alcanza y no me deja descansar

¿Y si fuese él a quien entrego mi alma y quien roba mis sentidos?
Ni pensarlo, es un silencio estridente que no me permite razonar
¿y si al irlo imaginando te estoy perdiendo de la manera más cruel posible?
Me convierto en un testigo de ese nuevo sentimiento que no debe existir

Cuando llorar no es suficiente y el calor de la frialdad quema por dentro
Cuando ya nada es imposible y puedo dejarme llevar por lo que pienso
Cuando la vida me devuelve aquello que ha robado muchas veces
Así me siento cuando ya no basta, la caricia eterna de tu mirada.

Monday, September 04, 2006

Como si llorara el cielo, así llora el corazón


Como si las gotas de la lluvia se posaran en tu manto y cubrieran todo el suelo de cristales, fragmentos rotos que se clavan en mi cuerpo, desangrando las heridas del amor.

Como si un mar lleno de vida reflejara el brillo de esos mismos cristales que decoran el oscuro de la noche, que colorean de chispas brillantes con diamantes ese manto negro que me engulle una y mil veces.

Como si las caricias que el viento arropa en tus brazos se tornaran heladas con el frío de tu cuerpo, el hielo que surge de tus labios y que se clava en el fondo de mi alma, amoratando mis sentidos.

Como el murmullo melodioso que genera ese silencio, en un compás que danza siempre en mis recuerdos, el sonido pertinente de lo hermoso de tu ser, la delicia de flotar entre tus sueños.

Como un amor perdido entre las sombras, deambulante en el valle de sollozos, suplicante de una muestra de cariño que me arrulle en el amargo dolor del vacío, el tajante dolor.

Como si llorara el cielo, así llora el corazón…

Tu mirada

Se ha extinto esa luz que guiaba mi camino, las fuerzas de mi cuerpo se han desvanecido poco a poco, tus palabras me han destrozado el alma, me han magullado el cuerpo y me han abierto una herida de esas que no sanan.

Un sinsabor que mezcla la amargura de tus besos y la frialdad de tus caricias. Una maraña de palabras que se anuda en mi garganta y que no puede salir, frases indignas que no deben ser pronunciadas. Una verdad a voces que me callo ante tu mirada.

Tus ojos perdidos en la inocencia de quien no conoce los secretos frívolos de la vida. Tu sonrisa fingida mil veces se ha llenado de dulzura y hoy muestra lo puro y honesto del inicio de un amor. Una mirada de paz y ternura, hecha a la medida de tu rostro.

Tus suspiros necios que te guían hacia la felicidad plena, me han dejado en el silencio, estupefacta y rígida como si hubiese entrado en un rictus mortis, me han enterrado viva.
Quisiera gritarle al mundo todo lo que estoy sintiendo y…

Ahora recuerdo: los muertos no hablan.